Nuestras prioridades bíblicas para el fin de los tiempos se pueden resumir en estas tres palabras: Avivamiento, Remanente y Retorno.
Por “Avivamiento” nos referimos a un gran derramamiento del Espíritu Santo en todo el mundo:
Hechos 2:17 (Joel 2:28) – Y sucederá en los últimos – dice Dios, que derramaré de mi Espíritu sobre toda carne…
Por “Remanente” nos referimos a la restauración de la comunidad de creyentes judíos mesiánicos en Yeshúa (Jesús) dentro de la nación de Israel.
Joel 2:32 – Porque en el monte Sión quedará un remanente, de los sobrevivientes a quienes el Señor llame.
Romanos 11:5 – Y de la misma manera también ha quedado en el tiempo presente un remanente conforme a la elección de la gracia de Dios.
El avivamiento del primer siglo tuvo lugar SÓLO entre el remanente de Israel. El avivamiento del siglo final tendrá lugar TANTO en Israel como en todo el mundo. El derramamiento de los tiempos finales puede ser visto como la culminación del avivamiento que comenzó en Pentecostés, en el año 33 d.C.
Por “Retorno” nos referimos a la Segunda Venida de Yeshúa. Así como el Primer Pentecostés tuvo lugar justo después de la Primera Venida, el Segundo Pentecostés tendrá lugar justo antes de la Segunda Venida.
Hechos 2:20 – …antes de la venida del día grande y terrible del Señor.
El avivamiento mundial está necesariamente conectado con el remanente judío mesiánico en Israel. ¿Por qué? Porque en la Segunda Venida, Yeshúa regresa a Jerusalén.
El patrón “Avivamiento-Remanente-Retorno” se puede encontrar en Hechos 1, así como en Hechos 2:
Hechos 1:6, 8 – ¿Restauraréis en este tiempo el reino a Israel? …Recibiréis poder cuando el Espíritu Santo venga sobre vosotros y seréis Mis testigos en Jerusalén, en Judea, en Samaria y hasta los confines de la tierra.
Si hacemos lo que Yeshúa nos dijo en la Gran Comisión, el resultado será el Gran Avivamiento. Ese Avivamiento está conectado con el Remanente Mesiánico en Israel. No sólo será restaurada la nación política de Israel, sino también el reino espiritual. Ese reino espiritual proviene de los creyentes judíos mesiánicos dentro de Israel.
La Gran Comisión (versículo 8) y la Restauración de Israel (versículo 6) conducen a la Segunda Venida (versículo 11):
Hechos 1:11 -Este mismo Yeshúa, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo.
Yeshúa ascendió al Cielo desde el Monte de los Olivos. Regresará del Cielo al Monte de los Olivos (Zacarías 14:4). La misma ciudad en la que Yeshúa fue crucificado en Su primera venida es donde será coronado en Su segunda venida.
La conexión entre Avivamiento – Remanente – Retorno se ve también en el libro de Apocalipsis. El derramamiento y la cosecha mundial se describen como:
Apocalipsis 7:9 – una gran multitud que nadie podía contar, de todas las naciones, tribus, pueblos y lenguas…
El Remanente Mesiánico se describe como:
Apocalipsis 7:4 – … ciento cuarenta y cuatro mil sellados de todas las tribus de los hijos de Israel.
La gran multitud y el remanente sellado finalmente marcan el comienzo de la Segunda Venida:
Apocalipsis 19:11 – Vi el cielo abierto y he aquí un caballo blanco y al que lo montaba…
El patrón de Avivamiento – Remanente – Retorno se ve en muchas otras secciones de las Escrituras, incluyendo Romanos11, Efesios 2, Isaías 40-66, Ester, Rut ; y es un resumen del plan de Dios para Israel y la Iglesia en el Reino del Mesías.
Esto es también lo que llamamos el “prerrequisito dual” para la Segunda Venida. El evangelio del reino debe ser compartido en todas las naciones antes de que llegue el fin (Mateo 24:14). Y no veremos el regreso de Yeshúa hasta que el pueblo judío en Jerusalén lo reciba con gritos de “Bendito sea el que viene (Mateo 23:39)”.
Este patrón bíblico no es solo una cuestión de interpretación correcta, sino de estrategia práctica para el ministerio. No es sólo teología; es nuestra metodología. Por un lado, tratamos de compartir el Evangelio, hacer discípulos y plantar congregaciones autóctonas aquí en Israel. Por otro lado, oramos por las naciones, tratamos de equipar a la Iglesia y enviamos a creyentes israelíes como emisarios del reino por todo el mundo (Isaías 2:2-4; 42:6; 49:6).
A través de los años, muchos de nosotros los judíos mesiánicos hemos predicado sólo un mensaje de «remanente» sin preocuparnos por el avivamiento mundial. Muchos cristianos llenos del espíritu han tenido una visión para el «avivamiento» mundial pero no para la importancia del remanente de Israel. Sin embargo, los dos están ligados el uno al otro por el regreso de Yeshúa.
Creo que Dios no permitirá que los cristianos «profético-apostólicos» sigan «saltándose» el remanente mesiánico en Israel. Tampoco creo que Dios permita que la comunidad judía mesiánica eluda nuestro compromiso con el avivamiento mundial. Él nos está injertando unos en otros para que la gloria del reino de Su Hijo se establezca en la tierra (Zacarías 14:9, Efesios 1:10).