Esteban fue un verdadero héroe de la fe, y por supuesto, el primer hombre del que se tiene constancia que dio su vida físicamente por el evangelio. Su vida puede ser vista como un sacrificio vivo, culminando en un total sacrificio al Señor. Hubo varias etapas de este sacrificio vivo.
Carácter de Yeshúa
Veo la primera etapa de su vida como desarrollando el carácter de Yeshúa. Es descrito como un hombre de sabiduría (Hechos 6:3 y 10); lleno del Espíritu Santo (v. 3, 5 y 10); como hombre de buen testimonio (v. 3) y como lleno de fe (v. 5 y 8). Además de ello, es designado por los apóstoles como uno que estaría a cargo de la distribución de la economía y la comida, y discerniendo quien necesitaba ser atendido en la congregación primitiva. Ello muestra el corazón de un siervo, capacidades administrativas y un sentido de la responsabilidad.
Está claro por el contexto del capítulo seis, que era una persona diligente y trabajadora.
Poder ministerial
Mientras servía en sus responsabilidades de “diaconado”, también comenzó a predicar el evangelio, y ello siguiéndole señales. Su fe por los milagros es descrita como, "lleno de gracia y de poder, hacía grandes prodigios y señales entre el pueblo (Hechos 6:8)." La primera etapa me recuerda el desarrollo de Yeshúa mismo como niño, creciendo en gracia y sabiduría y estatura para con los hombres (Lucas 2:40 y 52). La segunda etapa me recuerda al ministerio de predicación y milagros que Yeshúa comenzó a la edad de los treinta años.
Confrontación moral
La enseñanza de Esteban no solo era sabia y edificante, sino que también contenía un fuerte, si no feroz desafío moral. Esta confrontación moral le hizo ganarse la simpatía del pueblo llano y estableció la presencia del temor de Dios que permitió que fluyeran señales y prodigios. (Hechos 5:11-12). Sin embargo, también provocó enfado, envidia y ofensa a las autoridades religiosas. Esta ofensa religiosa dio lugar a una cierta persecución contra Esteban, que comenzó como una "disputa" verbal (Hechos 6:9), y culminó en una confrontación con los sacerdotes y maestros. Su atrevida confrontación "¡Duros de cerviz e incircuncisos de corazón y de oídos! Vosotros resistís siempre al Espíritu Santo.. Y mataron a los que anunciaron de antemano la venida del Justo, de quien vosotros ahora habéis sido entregadores y matadores; (Hechos 7:51-52)." (¡¿”Interesante llamar a los rabinos líderes judíos “incircuncisos”?! Esta confrontación era esencial para la enseñanza poderosa del evangelio, pero enfureció tanto a los líderes religiosos que estaban listos para matarle. Estaba intentando circuncidar sus corazones. Sin embargo, estaban "enfurecidos en sus corazones" (v. 54).
El sacrificio total
Cuando fueron hacia él con piedras para matarle, no se resistió. Dios su vida como sacrificio vivo. Miró al cielo y vio la gloria de Dios. Estaba “actuando para un público de una Persona”. Le miraban a él, pero Esteban miraba a Dios. Estaba más interesado en dar la gloria a Dios que en preservar la vida en este mundo. Su sacrificio completo culminó en las palabras, "Señor Jesús, recibe mi espíritu. (Hechos 7:59)." Esta es la consagración última – entregar tu espíritu a Dios. En esto, habló palabras parecidas a las de Yeshúa en la cruz, que citó el Salmo 31, entregando también su espíritu a Dios. Esteban alcanzó el nivel último de conformarse a sí mismo a la persona y a la muerte de Yeshúa.
Perdón y salvación
No solamente Esteban entregó su espíritu a Dios, sino que también tuvo el asombroso privilegio de repetir las palabras de expiación dichas por Yeshúa desde la cruz. Pronunció palabras de perdón, basadas en el sacrificio no solo de Yeshúa, sino también de su propia vida. "Señor, no les tomes en cuenta este pecado (Hechos 7:60)." Mientras las personas estaban pecando contra él y asesinándole, los perdonó, abriendo la puerta para que recibieran la salvación en Yeshúa. Quizás la mayoría de ellos no recibiera la salvación, pero al menos la tuvo uno de ellos, Saulo quien luego se convirtió en el apóstol Pablo. Sin lugar a dudas la imagen de Esteban jugó un papel importante no solamente en la salvación de Pablo, sino también en su motivación incansable de predicar el evangelio en todo el mundo conocido.
Ajustándose a Yeshúa
Estas etapas de la vida de Esteban me recuerdan a las cuatro etapas mencionadas en Filipenses 3:10, "A fin de conocerle, y el poder de su resurrección, y la participación de sus padecimientos, llegando a ser semejante a él en su muerte.” Esteban le conoció en su carácter piadoso. Conoció el poder de su resurrección mientras hacía señales y prodigios entre las personas. Compartió la participación de sus sufrimientos en la persecución desde su confrontación moral del pecado. Finalmente, se conformó a la muerte de Yeshúa en la cruz mientras daba su vida como sacrificio, dando gloria al público de Uno, y perdonando a los que pecaron contra él. Que Dios nos de la gracia para hacer lo mismo.