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Nuestro chivo expiatorio, sacrificado fuera del campamento

Updated: Oct 29

Una vez al año, al sumo sacerdote se le permitía entrar en el Lugar Santo para hacer expiación por los pecados de todo el pueblo de Israel. Los sacrificios incluían un toro y un macho cabrío y la sangre era rociada sobre el propiciatorio ante el Señor (Levítico 16:14-16).


Pero, en el mismo capítulo dice que había un segundo macho cabrío, uno vivo, sobre el que Aarón debía poner las manos y confesar todo el pecado de los hijos de Israel y luego enviarlo al desierto. Este desierto es donde los demonios de los cananeos eran adorados; el mismo desierto al que Yeshúa fue enviado después de ser bautizado por Juan.


El segundo macho cabrío en hebreo se llama “Azazel”. Esta palabra sólo aparece una vez en el texto y su significado es oscuro. Lo más común es llamarla “chivo expiatorio”, pero si escarbamos un poco más, encontramos claves que nos ayudan a entender cómo Yeshúa cumplió el significado profético de este chivo expiatorio al ser sacrificado en este lugar concreto, “fuera del campamento”.


Yeshúa no sólo vino a quitar nuestro pecado personal, vino a destruir las obras del diablo (1 Juan 3:8). Él es el chivo expiatorio en el desierto que derrotó a todo el mundo demoníaco y trayéndonos la VICTORIA. Él es nuestro HÉROE. Y tenemos la oportunidad de recibir Su victoria en nuestras vidas HOY.


Vea este mensaje importante y eterno mientras seguimos meditando en el sacrificio de Yeshúa en favor nuestro. Basado en Levítico 16, Hebreos 13:10-14, 1 Pedro 3:18-22, Efesios 4:9-10.


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