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Pecado sexual entre líderes espirituales

Writer's picture: Asher IntraterAsher Intrater

Tikkun Global

Jerusalem, Israel


¿Cómo podemos responder?

Humildad, santidad y un corazón quebrantado


¡Qué tema tan difícil! ¿Como debemos responder?  Veamos al rey David en el Salmo 51. ¡Éste es David, quien derribó al gigante, pero luego cayó ante la tentación sexual!


“Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí. No me eches de tu presencia”.

¿Escuchas la convicción? ¿El temor de Dios? David se da cuenta de la necesidad de un profundo cambio interior. Está dolorosamente consciente de su incapacidad para vencer su propia carne y su pecado. Está quebrantado y clama al reconocer la santidad de Dios, comprende que podría perderlo todo.


“Y no quites de mí tu santo espíritu. Restitúyeme el gozo de tu salvación”.

David se siente destrozado al darse cuenta de su pecado. Es como si dijera: “¡He arruinado el reino de Dios!”. Cometió adulterio, ¡luego mintió sobre ello y cometió un asesinato para encubrirlo! Sabe que es el rey de Israel, a través del cual debe venir el Mesías, el Salvador del mundo entero. Está atónito y aterrorizado por lo que ha hecho.


Luego añade, “Los sacrificios de Dios son el espíritu contrito; al corazón contrito y humillado, oh Dios, no despreciarás” (v. 17). Dios está esperando que los seres humanos nos demos cuenta de nuestra pecaminosidad, vengamos ante Él arrepentidos, y entonces aceptará nuestra respuesta de humildad y quebrantamiento. Esa es una expresión pura de adoración.


Este último año ha sido difícil, con acusaciones de pecado sexual contra muchos líderes de todo el mundo, incluyendo algunos que conocemos personalmente. Las situaciones son siempre complicadas. Normalmente, estos tipos de pecados ocurren sin testigos presentes. Es la palabra de una persona contra la de otra. Cuando hay líderes involucrados, hay un desequilibrio de influencia emocional y psicológica, lo que puede hacer que la situación sea espiritualmente abusiva.


Hemos tenido que pasar cientos de horas tratando estos casos, tanto en Israel como en todo el mundo. Es todo un lío. Todos estamos heridos. Parece que Dios nos está purgando. Es humillante para nosotros, los seres humanos, pero Dios desea que el pecado sea expuesto y eliminado. Estamos ante un Dios santo. Todas nuestras buenas intenciones de debido proceso y relaciones de pacto no van a funcionar si nuestros corazones no están quebrantados y humillados ante Él.


David era el líder de la Comunidad de Fe en su generación. ¿Cómo pudo suceder algo así? Efesios 4:22 dice que los deseos de este mundo son engañosos. Ni siquiera te das cuenta de que te estás engañando a ti mismo. Justificas la acción mientras está sucediendo. Debemos estar constantemente conscientes de que vivimos en un mundo pecador y debemos huir de sus deseos (2 Timoteo 2:22).


El fracaso de David y el triunfo de Miriam


Vayamos ahora a la historia de la concepción de nuestro amado Mesías, el descendiente de David.

Miriam le dice al ángel Gabriel: “¿Cómo pues, podrá sucederme esto? Soy virgen”. Viniendo de un entorno judío ortodoxo, eso significa que nunca había tocado a un hombre. Fíjate en que la palabra “santo” aparece dos veces en Lucas 1:35:


Respondiendo el ángel, le dijo: “El Espiritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el santo Niño que nacerá será llamado Hijo de Dios”.


Miriam (María) y su futuro esposo José son descendientes de David. Después de tantas generaciones en las que el pecado sexual había hecho gran daño al reino de Dios... ella gana. Rompe la maldición y se mantiene santa. Es como si dijera: “Soy la bisnieta de los reyes y sacerdotes de nuestro pueblo, y he decidido que me voy a mantener santa en esta generación pervertida”. Es una simple joven israelí que luchó contra las fuerzas de la inmoralidad sexual y se enfrentó a las fuerzas del Cielo y del Infierno. La santa concepción y nacimiento de Yeshúa es parte de la victoria del pueblo de Dios, venciendo la carnalidad y el pecado del mundo que nos rodea. ¡Aleluya!


Juan y Santiago hablan de no amar al mundo ni ser amigos del mundo: “¡Oh almas adúlteras! ¿No saben que la amistad con el mundo es enemistad hacia Dios?” (Santiago 4:4; 1 Juan 2:15). Este es un concepto desafiante. No podemos ser “amigos” de todo el mundo. Aunque deseamos ser amigables y mostrar el amor de Yeshúa, no podemos buscar la aceptación alineándonos con las normas sociales.


¿Cómo ocurren los pecados sexuales en las comunidades de fe, no sólo entre los líderes? Por lo general, los creyentes no tienen intención de pecar, pero cuando alguien es “amigo” de los valores del mundo, no se da cuenta de que se está quedando atascado en la miel y en el fango. Y, de repente, dice: “¡¿Qué ha pasado?!” Debemos estar profundamente conscientes de que no podemos ser amigos del mundo que nos rodea.


Señor, nuestros corazones están destrozados. Lamentamos mucho haber deshonrado tu nombre ante el mundo. Temblamos de miedo ante tu palabra, tu santidad y tu poder. Pero también sabemos que tu gracia está con nosotros para perdonar y sanar. Señor, no quites de nosotros tu Santo Espíritu; no nos deseches. Restáuranos el gozo de tu salvación.

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