La palabra para presión o estrés en Hebreo es lajats – לחץ. Puede ser utilizada en el sentido físico, como “presión de aire” o psicológico, como emocional o estrés mental. Es continuamente traducido como “opresión” o “aflicción”. En tres de los Salmos de Coré (Salmo 42,43,44) es utilizado en un sentido espiritual causado por el mal.
El salmista está clamando a Dios por el estado difícil de su alma, y dice “¿Por qué andaré yo enlutado por la opresión del enemigo?” (Salmo 42:9) ¡Que asombrosa pregunta! Él está caminando en oscuridad como en una caldera. La oscuridad es causada por presión. La presión es demoniaca.
Estamos en una guerra espiritual. La guerra se siente en nuestras almas y mentes. El sentimiento es estrés o presión. Eso viene del “enemigo”. No podemos parar la batalla espiritual, pero podemos ser fortalecidos para estar en medio de ella (2 Corintios 10:3-5; Efesios 3:15-17; 6:11-17)
Podría ser demasiado simplista decir que cuando atravesamos situaciones estresantes, nuestras almas son fortalecidas y nuestra fe purificada. Pero es verdad. Todos los grandes hombres y mujeres de fe pasan por intensas dificultades. Y siempre salen más fuertes después.
Los conflictos en Israel han aumentado: terrorismo, disturbios, manifestaciones, divisiones, calumnias, persecución, desafíos financieros… Dondequiera que estés, es probable que sientas los mismos ataques y la misma presión.
Así que, queridos amigos, oremos juntos en acuerdo para atar esos ataques, expulsar los sentimientos de oscuridad, ser liberados del estrés impío y caminar en paz en el hombre interior.
En el amor de Yeshúa,