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¿Quién está celoso?

Writer's picture: TGTG

Tikkun Global

Jerusalem, Israel




¿Sabías que uno de los nombres de Dios es «Celoso»?


Éxodo 34:14 dice: «... no adorarás a ningún otro dios, porque el Señor, cuyo nombre es Celoso, es un Dios celoso».


Pablo lo sabía; y recibió una revelación crucial en Romanos 11 acerca de cómo la historia de Israel y de las naciones implica... ¡celos!


Resulta que mucho antes de que Pablo revelara a la iglesia gentil su llamamiento a provocar los celos del Israel no salvo, todo esto formaba parte de una saga épica en la que Israel provoca los celos de Dios por nuestra idolatría e infidelidad. Luego, el Dios fiel promete provocarnos de nuevo a Sí mismo extendiendo su amor de pacto a millones de no judíos. Es una asombrosa historia de amor y alianza de la que todos podemos formar parte y en la que todos podemos jugar un papel - ¡por la fe en el evangelio de Yeshúa revelado en las Sagradas Escrituras!


Pablo comienza Romanos 11 preguntando retóricamente: «¿Ha rechazado Dios a su pueblo?». Y luego «¿Han tropezado hasta el punto de caer sin remedio?». Es un tropiezo muy serio, sin embargo... «¡De ningún modo!  Pero por su transgresión la salvación ha llegado a las Naciones para hacerlas celosas». 


Ahora recuerde, de acuerdo a Romanos 1:1-3, todo lo que Pablo escribe en Romanos es parte de exponer el evangelio. Es acerca de Su hijo y todo lo «prometido de antemano en las Sagradas Escrituras». Una de las escrituras a las que Pablo se refiere, es la profecía de Moisés en Deuteronomio 32 que predice esta provocación a los celos. Este es el recuento y profecía culminante de Moisés:


«... un Dios de fidelidad y sin injusticia; justo y recto es Él ... y no hubo dios extranjero con Él ... y los hizo cabalgar sobre los lugares altos de la tierra ... miel de La Roca ... lo mejor del trigo ...» (v. 4,12-14)


¡Cuántas bendiciones! Pero las cosas cambiaron rápidamente en el versículo 15 cuando Israel «... engordó y coceó». Todas las bendiciones son maravillosas, excepto que pueden hacerte engordar y olvidar la fuente de la bendición:


«Abandonó a Dios que lo hizo y despreció la roca de su salvación. Le hicieron CELOSO con dioses extraños; Con Abominaciones le provocaron a ira , sacrificaron a Demonios ...» (v. 15-17)


«Veré cuál será su fin, porque son una generación perversa, hijos en los que no hay fidelidad; me han provocado a ira con lo que no es Dios; me han provocado a ira con sus ídolos. ASÍ QUE LOS HARÉ CELOSOS pues, con los que no son pueblo...» (v. 20-21)


¡Ahí está! Israel comenzaría en adoración pero luego caería en idolatría y sería infiel. Lee Oseas 1-4 y Ezequiel 16. Dios se apasiona por Su relación con Su pueblo, como un hombre por su novia. Dios no es un director de escuela pasivo que desprecia a los estudiantes descarriados. Es como un marido celoso. Estos celos pueden ser la más apasionada de todas las emociones, porque se trata de mantener el pacto; el adulterio y la infidelidad en el matrimonio destruyen familias, destruyen generaciones. Este Dios celoso y apasionado está casado con su esposa formada por judíos y gentiles que confían en él. La palabra celos en hebreo es KIN'AH. También se traduce como celo. Dios está celosamente apasionado por nosotros. ¿Estamos nosotros apasionados por Él?


Dios dice: «Me casé contigo y me has sido infiel. Has jugado a la ramera y me has provocado a celos e ira». ¿Y sabes lo que dijo Dios? ¡Que Él va a poner celoso a Israel invitando a las naciones a pactar con Él!

Hoy en día, con millones de gentiles en todo el mundo apasionados por el Dios de Israel e incluso visitándonos aquí, muchos israelíes se preguntan: «¿Quiénes son y de dónde han salido?». Dios dice en efecto: «Son mi pueblo. Ahora también son parte de mi novia y mira cómo me aman. Mira lo devotos que son a mí. Mira lo fieles que me son. Mira cómo se levantan y oran. Mira cómo leen mi Palabra».


Pablo lo vio, y está sucediendo frente a nuestros ojos hoy. Su plan está funcionando. Moisés lo profetizó. Pablo lo estaba viviendo, y ahora nosotros también. Pablo se apasionó por estos versículos de Deuteronomio, por el celo de Dios. Era el Apóstol de los gentiles, pero también pretendía devolver algo a Israel, incitarlo a los celos (Romanos 11:13-14) y quitarle el velo que le ocultaba el rostro y le impedía ver a Dios.


Aleluya, ahí está: el celoso y ardiente amor de Dios cortejando tanto a Israel como a las naciones. Eso debería darnos un montón de «energía-pasión» para seguir adelante. ¿Amén?



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