Congregación Regreso a Sión
Haifa, Israel
El pasaje de la Torá “He aquí” (Re'eh) nos lleva a algunas conclusiones que son tan relevantes hoy como cuando fueron escritas por primera vez:
“He aquí, hoy pongo delante de vosotros una bendición y una maldición: la bendición si escucháis los mandamientos del Señor vuestro Dios que yo os ordeno hoy; y la maldición si no escucháis los mandamientos del Señor vuestro Dios …” (Deuteronomio 11:26-28)
Elegir la Obediencia = Elegir la Bendición
Los mandamientos del Señor nunca tuvieron la intención de traernos la salvación. La salvación es la acción soberana de Dios basada en Su misericordia y amor por nosotros. Sin embargo, la obediencia es nuestra respuesta apropiada; y no solo eso, obedecer los mandamientos de Dios también determina la calidad de nuestra vida. Vivir una vida actuando habitualmente de acuerdo con Sus mandamientos nos pone en un camino de bendición. Hoy en día, algunos adultos jóvenes buscan deportes de adrenalina extrema, pero a medida que una persona crece, comienza a apreciar una existencia segura, ordenada y pacífica. ¡Y esto se logra en la gracia de Dios simplemente haciendo lo que el Señor ha mandado!
Guardar los mandamientos no solo conduce a bendiciones y éxito. También nos protege de la brujería, las herejías y los engaños. Sigamos con Deuteronomio 13:1-3:
“Si se levanta en medio de ti un profeta o soñador de sueños, y te anuncia una señal o un prodigio, y la señal o el prodigio se cumple acerca del cual te había hablado, diciendo: 'Vayamos en pos de otros dioses (a los cuales no has conocido) y sirvámosles, no darás oído a las palabras de ese profeta o de ese soñador; porque el Señor tu Dios te está probando…”
Caminar constantemente en los mandamientos del Señor desarrolla inmunidad contra las mentiras, incluso las de un “profeta o soñador” que puede parecer genuinamente ungido o atraer mucha atención o asumir un papel de mediador en lugar del Mesías.
Nuestra fe no se basa en milagros. Aunque los milagros ocurren, no son el indicador absoluto. Los magos del faraón también realizaron milagros. Se nos ordena mirar directamente al Señor. Si sucede un milagro del Señor, glorifícale; y si no hay milagro, obedezcan y agradezcan por el hecho de que Él vive en nuestros corazones y vela por nosotros.
Moisés nos advirtió con las palabras: “el SEÑOR tu Dios te está probando”. No te desvíes a la mentira. ¡Muestra fe y lealtad!
¡Elige bien!