(Para ver los subtítulos del vídeo, haga clic en el icono de Configuración situado en la esquina inferior derecha del vídeo. Haga clic en Subtítulos/CC.)
En Mateo 3:16-17, leemos sobre tres cosas que suceden; la voz del Padre desde el cielo, el Espíritu de Dios mismo descendiendo sobre Yeshúa, y Yeshúa mismo recibiendo estas increíbles palabras, «Este es mi Hijo amado en quien tengo complacencia.»
Esta es la finalidad. La intimidad con el Padre. No sólo saber que somos amados, sino que Él está complacido con nosotros. Según Romanos 8:14-16, también somos hijos de Dios por la dirección del Espíritu. Con el espíritu de adopción, podemos acercarnos al Padre, mirarle a la cara y decirle: «Eres el mejor Papá de todo el mundo».
Queremos saber lo que nuestro amoroso Padre Celestial está sintiendo y pensando. Eso podría parecer imposible, pero, según I Cor 2:10-12, Dios nos ha revelado todos los deseos profundos de Su corazón a través de Su Espíritu. El Dios que ha hecho las galaxias y las partículas subatómicas, nos ha dado Su Espíritu para que podamos conocer Sus pensamientos. ¡Vaya!
Queremos pasar tiempo en Su Presencia todos los días. Cuando miramos Su rostro, somos transformados en Su gloria como hijos amados. Yeshúa es el Hijo perfecto, y queremos ser como Él.
Queremos tener diariamente «tiempo cara a cara» con el Padre; una relación cara a cara con Él en la que seamos llenos de Su Espíritu, escuchemos lo que hay en Su corazón y nos dejemos transformar a Su semejanza. Nuestro objetivo es oírle decir: «Vosotros también sois mis hijos, y me complazco en vosotros».
Este es el significado secreto de la bendición aarónica: tener una relación personal con Dios y que nuestros rostros brillen con Su gloria.
MIRA hoy cómo Asher comparte este inspirador mensaje desde el corazón y permite que el Espíritu Santo te transforme.