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Todos han pecado

Writer's picture: Asher IntraterAsher Intrater

Updated: May 17, 2022


El rey David fue uno de los grandes héroes de la fe y uno de los hombres más justos que ha vivido. Sin embargo, cometió un horrible pecado con Bat Sheva que incluyó asesinato, adulterio, y mentiras. Se arrepintió profundamente de ese pecado y escribió el conmovedor poema de dolor acerca de su propio error en Salmos 51 (“Crea en mi un corazón limpio”) , que se ha convertido en una fuente de consuelo para muchos a través de los siglos.


David tuvo una profunda revelación no solo de su propio pecado, sino también del hecho que todos han pecado. Este entendimiento del “pecado universal” se ha convertido en un fundamento de la fe y también fue expresado conmovedoramente en el Salmo 53.


תהילים נ''ג:2-4


אָמַר נָבָל בְּלִבֹּו אֵין אֱלֹהִים הִשְׁחִיתוּ וְהִתְעִיבוּ עָוֶל אֵין עֹשֵׂה־טֹוב׃ אֱ‍לֹהִים מִשָּׁמַיִם הִשְׁקִיף עַל־בְּנֵי אָדָם לִרְאֹות הֲיֵשׁ מַשְׂכִּיל דֹּרֵשׁ אֶת־אֱלֹהִים׃ כֻּלֹּו סָג יַחְדָּו נֶאֱלָחוּ אֵין עֹשֵׂה־טֹוב אֵין גַּם־אֶחָד׃


Salmos 53: 1-3


El necio ha dicho en su corazón: No hay Dios. Se han corrompido, han cometido injusticias abominables; no hay quien haga el bien.

Dios ha mirado desde los cielos sobre los hijos de los hombres para ver si hay alguno que entienda, alguno que busque a Dios.

Todos se han desviado, a una se han corrompido; no hay quien haga el bien, no hay ni siquiera uno.


David repite las mismas palabras en Salmos 14. No hay ni siquiera uno que haga el bien.


Salomón, el hijo de David, el hombre más sabio y quizás el mas rico que haya existido, también recibió la misma revelación. Alcanzo la cúspide de rectitud tras construir el Templo en Jerusalén. Mientras oraba, la nube de gloria llenó el Templo y cayó fuego del cielo.


Sin embargo, él también pecó horriblemente. Sus enormes bendiciones se convirtieron en tentaciones que no pudo resistir. En la misma oración de dedicación del Templo, cuando cayó el fuego, dijo:


מלכים א', ח:46


כִּי יֶחֶטְאוּ־לָךְ כִּי אֵין אָדָם אֲשֶׁר לֹא־יֶחֱטָא וְאָנַפְתָּ בָם


I Reyes 8:46


Cuando pequen contra ti (pues no hay hombre que no peque) y estés airado contra ellos

Las mismas palabras de esta oración también están registradas en 2 Crónicas 6:36. No hay hombre que no peque. El pecado enoja a Dios. El hecho que todos pecan NO es una excusa para seguir pecando, sino un llamado universal a la humildad, al arrepentimiento y a la búsqueda del perdón. Pone fin a toda auto-justificación y condenación hacia otros.


Todos han pecado. Todos merecen castigo. Todos necesitan arrepentirse. Todos necesitan pedir perdón.


Salomón repitió el mismo pensar en Kohelet/Eclesiastés:


קהלת ז':20


כִּי אָדָם אֵין צַדִּיק בָּאָרֶץ אֲשֶׁר יַעֲשֶׂה־טֹּוב וְלֹא יֶחֱטָא׃


Eclesiasté s 7:20


Ciertamente no hay hombre justo en la tierra que haga el bien y nunca peque.


Reconocer que has pecado es el primer paso para entender la necesidad de ser perdonado. Hasta que la persona vea eso en sí misma, cualquier conversación sobre salvación o gracia parece irrelevante. He visto ese reto en Israel, con los judíos religiosos, con los judíos seculares y con los musulmanes árabes.


Los secularistas modernos tienden a ver los fundamentos morales como algo anticuado y pasado de moda. Aceptan un código moral en “consenso;” pero ese consenso por lo general termina erosionándose debido a la presión social, particularmente en cuestiones como la pureza sexual y el respeto a la autoridad. La ley moral señala el pecado. Si la ley moral es irrelevante, entonces no sientes que has pecado. Estas “mas allá de la moralidad.” Puedes hacer lo que quieras; nadie te va a decir lo que tienes que hacer; “solo hazlo.”


Los judíos ortodoxos religiosos tienden a tener un punto de vista en blanco y negro. Ellos tienen la razón y todos los demás están equivocados. No necesitan arrepentirse porque ya son religiosos. Ellos son los verdaderos judíos; los seculares son los pecadores. Los judíos son justos; los gentiles son pecadores. Por supuesto, la situación es mucho mas compleja que esta simplificación. Sin embargo, la actitud básica es que los judíos religiosos son justos mientras que los judíos seculares y los gentiles son pecadores.


Una dinámica similar puede encontrarse entre los cristianos. Los liberales extremistas adoptan el punto de vista secularista de que no haya ninguna exigencia moral. Los conservadores extremistas adoptan el punto de vista religiosamente hipócrita de que son moralmente superior y condenar a los demás.


Por lo tanto, es importante que conozcamos estos versículos que afirman claramente que todos han pecado. Hasta que no se establezca este principio, hay muy poco espacio para el progreso en un diálogo.


Los musulmanes fundamentalistas expresan un punto de vista similar. Son justos porque están sirviendo a Alá. No importa cuáles hayan sido las atrocidades de ISIS, Al Qaida, los ayatolás, Hamas, Hezbolá, y la Yihad Islámica. Ellos tienen razón y todos los demás necesitan ser asesinados o esclavizados.


Tanto el rechazo posmoderno de la moralidad, COMO la religiosidad que se auto-justifica hacen difícil que una persona se enfrente al hecho que él mismo está equivocado. Si uno empieza asumiendo que uno tiene la razón y todos los demás están equivocados, entonces el corazón está cerrado desde el principio.


La posición bíblica es que TODOS han pecado.


El juicio generalizado contra el pecado se puede ven en el diluvio de Noe, la destrucción de Sodoma y Gomorra, las diez plagas de Egipto, la muerte de la generación de israelitas que salieron de Egipto, y la destrucción del primer y segundo Templo en Jerusalén.


[Otras referencias al pecado universal se pueden encontrar en Génesis 3:24, Miqueas 7:2, Salmos 130:3, Salmos 143:2, Proverbios 20:9, Job 4:17, Gá lat a s 2;16, etc.]


El clamor de David y Salomón nos lleva a las profecías de Isaías, que afirman que el pecado humano demuestra nuestra necesidad de expiación y de un salvador. TODOS nos hemos descarriado. Alguien más debe tomar nuestro castigo.


ישעיה נ''ג:6


כֻּלָּנוּ כַּצֹּאן תָּעִינוּ אִישׁ לְדַרְכֹּו פָּנִינוּ וַיהוה הִפְגִּיעַ בֹּו אֵת עֲוֹן כֻּלָּנוּ׃ 


Isaías 53:6


Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, nos apartamos cada cual por su camino; pero el Señor hizo que cayera sobre Él la iniquidad de todos nosotros.


La ley y los profetas nos muestran que todos hemos pecado, y nos señalan un salvador que asumirá el castigo que exige nuestro pecado. Así, la ley y los profetas forman la introducción moral al Evangelio.


La conclusión de que todos hemos pecado se convierte en el punto de partida del mensaje de salvación. Todos necesitamos salvación porque todos hemos pecado. Así comienza la lógica del “plan de salvación” tal como lo describe el apóstol Pablo:


Romanos 3:23


por cuanto todos pecaron y no alcanzan la gloria de Dios,


Cualquiera que piense que no ha pecado se engaña a si mismo, ya sea que diga ser un creyente en Yeshua (Jesús) o no. El apóstol Juan dijo que si uno dice que no ha pecado, esencialmente está mintiendo. La auto-justicia es la base del autoengaño.


I Juan 1:8


Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos y la verdad no está en nosotros.


Recordemos esto cuando nos encontremos en disputas. Todos están diciendo, “Yo tengo razón y tu estas equivocado”. Sin embargo, esencialmente, todos hemos pecado y todos necesitamos cambiar. Cuando ambas partes se dan cuentan de que están al menos parcialmente equivocadas, entonces existe la oportunidad de buscar la verdad.


Cuando toda persona se da cuenta de que ha hecho mal, entonces está abierta al proceso de reconciliación con Dios. Yeshua es el único hombre perfectamente justo que jamás haya vivido. Él es el Cordero que quitó nuestros pecados. Sólo en Él encontramos la gracia y la verdad que todos necesitamos.

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