Este año, el 2 de abril marca el primer día de Nisán. Nisán es el primer mes del año de acuerdo con la Torá. El primer día del primer mes es efectivamente “el día de año nuevo.” Mientras que las tradiciones seculares y religiosas hacen una gran fanfarria en otras fechas de año nuevo, no oyes hablar de esta [fecha] con frecuencia, la cual es EL principal día de año nuevo de acuerdo con la escritura.
Quizás no signifique mucho. No hay una fiesta ordenada o señalada en ese día, excepto por la “nueva luna” mensual. Se puede hacer alguna conexión con Yeshúa cuando iba hacia Jerusalén antes de la Pascua, la cual empezaría el 14 de Nisán; pero no hay mucho escrito de esa fecha en ese aspecto.
Sin embargo, en el primer año nuevo después del éxodo de Egipto, pasó algo muy especial.
שמות מ':2, 17
2 בְּיֹום־הַחֹדֶשׁ הָרִאשֹׁון בְּאֶחָד לַחֹדֶשׁ תָּקִים אֶת־מִשְׁכַּן אֹהֶל מֹועֵד׃
17 וַיְהִי בַּחֹדֶשׁ הָרִאשֹׁון בַּשָּׁנָה הַשֵּׁנִית בְּאֶחָד לַחֹדֶשׁ הוּקַם הַמִּשְׁכָּן׃
Éxodo 40:2, 17
El primer día del mes primero levantarás el tabernáculo de la tienda de reunión…
Y aconteció que en el primer mes del año segundo, el día primero del mes, el tabernáculo fue levantado.
Este es el capítulo final del libro de Éxodo y de la historia del éxodo. Después de meses de preparación, donaciones, y trabajo artesanal, el tabernáculo fue finalmente terminado. Se demandaba obediencia para cada detalle de los utensilios santos. Le fue dado a Moisés un patrón del cielo, lo que significa que el tabernáculo era una réplica de algo arriba en el cielo.
Cuando todos estos elementos se alinearon, en el primer día del año, sucedió un milagro.
שמות מ':34-35
34 וַיְכַס הֶעָנָן אֶת־אֹהֶל מֹועֵד וּכְבֹוד יהוה מָלֵא אֶת־הַמִּשְׁכָּן׃ 35 וְלֹא־יָכֹל מֹשֶׁה לָבֹוא אֶל־אֹהֶל מֹועֵד כִּי־שָׁכַן עָלָיו הֶעָנָן וּכְבֹוד יהוה מָלֵא אֶת־הַמִּשְׁכָּן׃
Éxodo 40:34-35
Entonces la nube cubrió la tienda de reunión y la gloria del Señor lleno el tabernáculo. Y Moisés no podía entrar en la tienda de reunión porque la nube estaba sobre ella y la gloria del Señor llenaba el tabernáculo.
El tabernáculo había sido terminado, y la gloria de Dios lo llenó el día de año nuevo. Este es un evento de enorme significado.
El “primer” día del “primer” mes es simplemente la fecha. Aun así, pienso que nos habla de una cierta prioridad. Es el primer pensamiento, la primera intención, el primer propósito. Y ¿cuál es esa prioridad?
El Espíritu llenó la morada. La raíz hebrea para llenar es M-L-A, מ-ל-א, y la idea de que Dios habite en plenitud en la tierra es revelada a través de la Ley y los Profetas. (Vea por ejemplo, Números 14:21, Isaías 6:3, 11:9, Habacuc 2:14, Salmos 72:19.)
La idea de “llenar” se lleva hasta el Nuevo Pacto a través de la palabra griega pleroma. Dios puso Su pleroma plena en Yeshúa (Colosenses 2:9); y a través de Yeshúa esa plenitud es pasada a nosotros (Juan 1:16), hasta que también seamos llenos de la plenitud de Dios (Efesios 3:19).
Podríamos decir que de acuerdo al patrón celestial, la primera prioridad de Dios es de llenarnos totalmente de Él mismo. Ahora este es un mensaje de Año Nuevo digno de celebrarse. (No sean llenos de vino, sino sean llenos del Espíritu Santo – Efesios 5:18.)
La principal prioridad de Dios es Su presencia total en nosotros. Por lo tanto, nuestra principal prioridad debe ser también Su presencia total en nosotros.
Tabernáculo en hebreo es mishkan, משכן, la cual viene de la raíz sh-k-n, ש-כ-נ que significa habitar. Por eso tabernáculo también puede ser traducida como morada.
Este es el punto: un Dios espiritual hace un universo físico y luego intenta invertir de Sí mismo en esa creación. El creador quiere habitar dentro de Su creación.
La principal parte de la creación de Dios en la que Él quiere habitar es en nosotros: la raza humana. Dios creo seres humanos a Su imagen para que Él pudiera habitar en nosotros. Debemos ser Su tabernáculo, Su morada.
En este año nuevo bíblico, vamos a meditar en el patrón celestial, y a obedecer a Dios en todos los pequeños detalles de nuestra vida, de tal manera que Él pueda cumplir Su principal prioridad, tener Su presencia habitando dentro de nosotros.
